LA PECERA
LA PECERA
Es una técnica que propicia la participación en la discusión en grupo de una situación problemática adoptando, alternativamente, el rol de observador o de comunicador (Fuentes, Ayala, Arce de, Galán, 1998). Estimula la toma de conciencia y la importancia de realizar correcta y creativamente argumentaciones. Además es muy adecuada para desarrollar las capacidades de escucha y de observación.
El grupo se divide en dos y se acomodan en forma concéntrica cada uno de ellos. (un grupo en el centro formando una curva redonda y el otro a su alrededor en una curva mayor). Se dejan dos participantes como secretarios uno para cada equipo aunque los dos deben anotar las argumentaciones o grabarlas. Se selecciona un tema de discusión y comienza el equipo que está dentro de la pecera con sus argumentaciones y durante unos cinco o diez minutos. El otro equipo sólo observa pero en escucha activa. Pasado el lapso de minutos acordado se cambian los roles. El que argumentaba ahora se coloca fuera de la pecera y sólo observa. El que ocupa la pecera ( los participantes que estaban con escucha activa) podrá incorporar nuevos argumentos a los anteriores. Argumentan considerando también cinco o diez minutos.
Terminado el tiempo los secretarios actúan entre sí y analizan la calidad de los argumentos junto con el resto de los participantes.
Ejemplo:
En grupo completo elije un tema de discusión y aplica la técnica la pecera.
Experiencia de Claudia Frannino.
En clase con el
profesor Antonio Basauri, hicimos una actividad con una técnica muy similar a
ésta. En grupos nos separamos en periodista,(quien debía hacer la pregunta) y
el otro respondía , es decir habían dos roles, el de observador y el del
comunicador. Habían cuatro profesiones: Odontóloga especialista en pirañas; Ingeniera eléctrica especialista en
luciérnagas, Entrenadora de parcaidísmo de elefantes y traumatóloga
especialista en ciempiés. En cada ronda sólo teníamos unos minutos para hacer
la actividad, entonces en base a estas locas y dispares profesiones, el
periodista hacía la mayor cantidad de preguntas posibles, las que se les
ocurrieran. Y entre cada pregunta, la otra persona respondía también con las
primeras argumentaciones que le surgiera por más loca que fuese la respuesta.
Sirvió mucho para desarrollar la escucha, el No al No, y la observación porque
estábamos condicionados por el tiempo y debíamos preguntar o responder lo más rápido
posible. Fue una de las actividades que
más que gusto, y divirtió. ¡!!!s posibilidades de aumento
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